Los cazadores oscuros son personajes de ciencia ficción, guerreros inmortales de la saga Dark hunters escrita por Sherrilyn Kenyon.
Somos la Oscuridad. Somos las Sombras.
Somos los Amos de la noche.
Sólo nosotros nos interponemos entre la humanidad y aquellos que querrían ver su destrucción. Somos los Guardianes.
Los Vigilantes sin alma.
Nuestras almas nos fueron arrebatadas para no alertar a los Daimons que perseguimos. Así, cuando nos ven llegar, ya es demasiado tarde.
Los Daimons y Apolitas nos conocen. Nos temen. Llevamos la muerte a todos aquellos que persiguen a los humanos.
No somos ni humanos, ni Apolitas; existimos entre el reino de los vivos y el reino de los muertos.
Yo soy el Cazador Oscuro.
Soy eterno... a menos que encuentre un corazón puro que jamás me traicione. Aquel cuya fe y coraje pueda devolverme el alma y llevarme de nuevo a la luz.
Si fallo en la elección, me aguarda un destino aún peor que la muerte. Pues una vez hecha la elección, no hay marcha atrás.
Historia
Cuando una persona muere injustamente o de manera brutal, su alma grita por venganza. La fuerza y la furia de sus gritos llegan como ecos hasta los salones del Olimpo y Artemisa se dirige al agraviado para ofrecerle un pacto. Una vez este acepta, el nuevo Cazador es marcado con el símbolo de la diosa - el doble arco atravesado por una flecha - allí donde ella posa su mano para quitarle el alma. A cambio el Cazador o Cazadora durante un día entero recibe la oportunidad de vengarse de aquellos que lo ultrajaron a lo largo de su vida: el Acto Único de Venganza.
Cuando el período de veinticuatro horas acaba, la diosa lo envía a ser entrenado por Acherón, el líder de los Cazadores Oscuros.Cuando finaliza el entrenamiento, el nuevo guerrero o guerrera es asignado a una ciudad o localización, donde deberá proteger a los humanos de los mencionados Daimons el resto de la eternidad. Artemisa les paga muy bien por sus servicios y les provee de ayudantes humanos que se hacen llamar escuderos.
La única manera de que un Cazador sea libre es encontrar a alguien que lo ame lo suficiente para pasar con éxito la prueba de Artemisa, y que el cazador oscuro confié plenamente en ella. Esta persona debe sostener el medallón ardiente que contiene su alma con las manos desnudas y apretarlo sin dejarlo caer sobre la marca del doble arco de Artemisa. Sin embargo, no es nada fácil ya que el medallón quema como si estuviese al rojo vivo; tanto que suele dejar una marca en la palma de aquella o aquél que lo sostiene.
Si la persona escogida no puede sostener el medallón y lo deja caer, el alma del Cazador Oscuro se perderá para siempre y él o ella se convertirá en una Sombra. Una existencia maldita, que nadie puede ver ni oír y que siempre tiene hambre y sed solo un oráculo será el único capaz de contactare con el.; lo mismo que le sucedería al Cazador si muriese. Sin embargo, si el ritual sale bien, se transforma en un mortal y vuelve a tener alma, con la misma edad que tenía cuándo murió.