Pensando en todo lo que hacemos durante el día (caminar, correr, saltar,
pensar....) y en lo que realiza nuestro organismo (respirar, oir, ver...)
mientras la sangre circula por el cuerpo realizando funciones importantísimas; comprendemos que nuestro organismo funciona continuamente,
hasta cuando dormimos. Por esto el hombre,
como todo ser vivo, necesita alimentarse para reponer las pérdidas de materia viva consumida por la actividad del organismo y producir las sustancias
necesarias para la formación de nuevos tejidos,
favoreciendo el crecimiento.
Transformar la energía contenida en los alimentos en calor, movimiento y trabajo.
Clasificación de los alimentos por su origen:
Los de origen vegetal: verduras,
frutas, cereales.
Los de origen animal: carnes, leche,
huevos.
Los de origen mineral: aguas y
sales minerales.
Los nutrientes son aquellos componentes de los alimentos que
tienen una función energética, estructural o reguladora. En ellos encontramos
distintos grupos:
Los hidratos de carbono (pan, harinas, azúcares, pastas), de alto valor energético.
Las proteínas (carnes, huevos, lácteos,
legumbres) necesarios para el crecimiento y formación de los tejidos.
Los lípidos (grasas y aceites) productores de energía.
Aguas y sales minerales en
proporciones variables para el equilibrio de las funciones del organismo.
Las vitaminas,
sustancias químicas complejas, en cantidades mínimas, pero indispensables para
el buen estado del organismo.
Una buena Alimentación debe ser
equilibrada y completa, es decir deben estar presentes todos los grupos
mencionados y cubrir todas las necesidades del individuo.
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